Yellow - Coldplay (version piano)
Despacio y de puntitas se acerco a la habitación. Apenas y
podía ver por donde pisaba, aun estaba oscuro.
Entre algunos juguetes y libros llegó junto a la cama y en
un susurro le dijo
-¡Hey, despierta dormilón, ya es hora!-
El pequeño Noah dormía profundamente abrazado a su muñeco de
peluche favorito, abrigado por una calentita manta con dibujos de colores.
Ella, le acarició el cabello y posando los labios en su
frente insistió,
-¡Si no despiertas ahora te lo perderás!-
En un segundo el recordó que había estado esperando ese día
con mucha ilusión. Abrió sus enormes ojos azules y la miró,
-¡No mami, no me lo quiero
perder!-
Y de un brinco saltó de la cama al piso. La emoción lo
embargaba así que rápidamente se lavó la cara y se colocó una capa para
abrigarse del frío de la madrugada.
Nadie corría más rápido que él. Su mami tuvo que apurarse
para alcanzarlo.
-¡Noah, espérame!- le decía a lo lejos.
Su pequeño hijo pasó de estar muy dormido a muy despierto en
un abrir y cerrar de ojos.
Mientras corría, podía ver que aún la luna brillaba en el
cielo, debía apurarse, así que, con sus manos iba abriéndose paso entre las
ramas.
De camino se topó con un búho que todavia estaba despierto,
-Disculpe…perdón- le dijo sin detenerse.
Cuando llegó a la cumbre de aquel árbol, aguardó a que su
mami también llegara, él no quería mirar si ella no estaba junto a él, se
sentía un poco nervioso. No esperó mucho porque ella estaba tan ansiosa como él.
-¿Estás listo hijo?- le preguntó tomándole el rostro entre
las manos.
-¡Sí Mami, como nunca!- contestó
Entonces ella separó lentamente las dos únicas hojas que
tapaban su visión y apareció la inmensidad del mar. Noah quedó admirado, la brisa
del mar lo despeinó un poco pero aprovechó y respiró muy hondo.
-Ahora contemos hasta tres- indicó su mami
-Uno… dos… treeees-
La tranquilidad de ese océano se rompió cuando bellísimas Orcas emergían cantando. Una tras otra se despedían de la luna con un canto
dulce y perfecto.
Noah apretó la mano de su mami, puesto que nunca había visto
algo similar, antes lo tenía prohibido porque era pequeño, pero ese día era su
cumpleaños número diez y ese regalo había pedido, poder ver a las ballenas
danzando en el mar despidiendo a la luna llena con su canto hasta su próxima aparición.
En un tierno abrazo su mami le dijo al oído
-Feliz cumpleaños mi pequeño, ya eres un hombrecito-
…y es que en el mundo de las hadas se puede ser muy pequeño,
pero pueden verse cosas inmensamente hermosas.
Tal vez tengas que esperar por un sueño, pero créeme, valdrá
la pena.
Violette
Para ti pequeño de ojos azules...